Hola!!! :)
Hoy os traigo una entrevista que la editorial Libros de Seda hizo a la escritora Hope Tarr, autora de libros como "Vencida" y "Rendida", entre otros.
Os dejo con ella para que la podáis conocer un poquito más ;)
L.S.
¿Cómo descubriste la novela romántica? ¿Qué hizo que te decidieras a escribir
novelas de este género en lugar de elegir otro?
Las novelas románticas, en especial las que tienen
un trasfondo histórico, siempre han sido mis lecturas preferidas, las que me
resultaban «más
relajantes». Soy una friki de la historia, me encanta. Crecí
leyendo cuentos de hadas y más tarde clásicos griegos y leyendas de los tiempos
del rey Arturo, así que supongo que todo eso tiene sentido. Cuando era
jovencita devoraba novelas históricas ambientadas en Gran Bretaña, como las de
Anya Seton (Katherine, Green Darkness),
Daphne du Maurier (Rebeca, desde
luego, y otras menos conocidas como The
King’s General, con la que descubrí a esta autora), y Victoria Holt (cuando
escribía bajo el seudónimo de Jean Plaidy o Philippa Carr).
L.S.
¿Cuáles son tus autores favoritos y qué influencia han tenido en ti? Si
echásemos un vistazo a tu biblioteca personal, ¿qué libros encontraríamos? En
tu opinión, cuál es el peor libro que has leído? ¿Y el mejor?
En mi biblioteca hay volúmenes de todo tipo, desde
luego de las autoras que he mencionado antes, pero también de otros más
recientes como Lisa Kleypas, Anna Campbell, Cathy Maxwell, y Lauren Willig. Mi
autora favorita, la que considero ahora mismo más brillantes, es Beatriz
Williams (Overseas). Los libros
mediocres no inspiran, pero los maravillosos, sí. No es que busque la
perfección, eso es algo desde luego imposible; lo que me interesa es la
excelencia, en la vida y en los autores.
Uno de los mejores libros que he leído ha sido The Lovely Bones, de Alice Sebold, que
fue traducido al español como Desde mi cielo. No era una novela romántica,
claro. También me gusta mucho Come, reza, ama, de Elizabeth Gilbert,
pues está lleno de sentimiento y es magnífico. Ya que me paso el día
escribiendo ficción romántica, lo que suelo leer por placer es no ficción, en
especial memorias, así como la ficción más popular.
En cuanto a «libros
malos», la verdad
es que tengo una opinión muy personal al respecto y, desde luego, nunca suelo
hacerla pública. Quizá sea un poco «de
la vieja escuela», pero ya
que estoy metida en este mundillo, no creo que esté bien que yo me dedique a
criticar el trabajo de otro autor. Todos somos autores, y creo que la gran
mayoría de los que escribimos lo hacemos realmente con la intención de crear el
mejor libro posible del que somos capaces en un momento determinado. A veces lo
conseguimos, otras no. En ocasiones, no importa lo mucho que nos lo
propongamos, el libro, simplemente… no funciona. Lo mejor que puede hacerse en
estos casos es volver a intentarlo, siempre con la intención y la esperanza de
que nuestros lectores nos seguirán con el siguiente título en el que nos
embarquemos, y con el que siga.
L.S.
Quisiéramos saber un poco más de ti como escritora. ¿Mantienes un horario de
trabajo estricto? Describe cómo es un día en la vida de Hope Tarr cuando está
trabajando en una novela.
El miedo es un gran motivador. Cuando acababa la
serie Suddenly Cinderella para la
editorial Entangled y trabajaba en Sugar,
mi debut en tapa dura junto a Jenna Jameson, con unas fechas límite más que
apretadas, eso me hizo no cejar en mi empeño. Escribo seis de los siete días
que tiene la semana, en cualquier sitio, desde solo unas horas hasta diez o más
seguidas.
Los apartamentos de Nueva York resultan
tremendamente pequeños, pero tengo la suerte de contar con una pequeña
habitación adicional que uso como despacho. No es que me haga falta tener mucho
espacio, pero una libra como yo sí ve primordial que sea un sitio bonito. Un
sofá de estilo victoriano, una mesita con mi portátil y algunos archivadores y
cuadernos de notas componen el «escenario»
en el que escribo.
Mi plan diario suele ser, si estoy en casa y no voy
de viaje a ninguna parte, el siguiente: doy de comer a los gatos, me preparo un
café, me dejo caer en mi silla de despacho, echo un vistazo al correo electrónico,
escribo, me doy una vuelta por Facebook y Twitter, y sigo escribiendo otro
poco. Cuando me parece que he llegado a un cierto punto de equilibro, o
simplemente creo que me hace falta descansar un poco, salgo a mediodía para correr,
generalmente por el East River. La carrera suele acabar con algún recado que
tengo que hacer y, por supuesto, el hecho de vivir en Nueva York significa que
voy a todas partes a pie. También sigo unas clases de artes marciales a las que
asisto dos veces por semana, por la noche. Escribir es una actividad muy
sedentaria. Siempre me ha parecido importante, por no decir fundamental,
mantener en forma el cuerpo y no solo la mente.
L.S.
¿Existe alguna cosa en particular que te ayude a encontrar la inspiración
cuando escribes, como por ejemplo trabajar en algún lugar determinado, escuchar
música, etc.?
La verdad es que soy incapaz de escuchar nada cuando
estoy escribiendo, ni siquiera música de fondo. Necesito estar en silencio casi
total o total, aunque pueda parecer poco romántico. En cuanto a la
localización, suelo escribir en mi despacho, aunque a veces un cambio de
entorno me ayuda. Moverme a la mesa del comedor puede servir para refrescar la
perspectiva. Si me siento demasiado encerrada en casa, cierro el portátil, lo
meto en mi bolso de mano y salgo a tomarme un café o una copa de vino. Vivir en
una gran ciudad es lo que tiene, te permite hacer algo así.
L.S. En
tu opinión, ¿cuáles son los elementos fundamentales de cualquier novela
romántica?
Personajes heroicos, sí, pero que tengan cierta
conexión con la realidad; una lucha épica y, por supuesto, que el amor acabe
venciendo.
L.S. ¿Qué es lo más duro de escribir
un libro? ¿Qué es lo más divertido que te ha sucedido como escritora?
Lo más duro para mí es cuando estoy a mitad de un
libro. No sigo una secuencia exacta, y sé que eso no es bueno, pero parece que,
para mí, es la única manera de escribir. El planteamiento, al principio, y el
final son lo más emocionante de una historia, pero todo lo que ocurre entre
medias… no lo es tanto. Lo más divertido que me ha sucedido como escritora…
Bien, digamos que cuando escribes novela romántica, cualquier cosa resulta
justificable en nombre de la «documentación»
que necesitas para escribir.
L.S. Hablemos ahora de tu novela, Rendida, la segunda que ha sido
traducida al español. ¿Por qué decidiste ambientarla en el mundo del teatro y
elegir a una bailarina de music hall
como protagonista?
Durante muchos años, por lo menos en los Estados
Unidos, las protagonistas de las novelas románticas debían ser remilgadas y
correctas, y sí, también vírgenes. Pero yo nunca he escrito con ese tipo de
protagonista. No podía dejar de pensar en lo divertido que sería tener a una
heroína de la época victoriana que fuera, comparativamente hablando, «una chica
mala». Daisy, convertida en Delilah, es una mujer que ya ha tenido relaciones.
Es madre de una niña. Se la han llevado a la cama los suficientes hombres como para
que ya sepa qué es lo que quiere, además de cómo obtenerlo. Y sí, es una
bailarina en una época en la que ser actriz todavía se consideraba, no vamos a
decir que «poco respetable», pero sí «un pelín peligroso». Ser una bailarina en
un espectáculo de variedades, desde luego, no era ni remotamente lo más
respetable.
L.S.
¿Cómo te documentas para preparar una historia? ¿Cómo lo hiciste en el caso de Rendida?
Para mí, la documentación es un proceso iterativo
(incluso cuando estoy escribiendo un libro, no dejo de leer, de estudiar
fotografías de la época, viejos mapas, etc.). Siempre me surgen preguntas a las
que necesito dar respuesta. Y como ya había escrito Vencida, el primer libro de la trilogía, tenía una imagen bastante
clara de finales de la época Victoriana en Inglaterra, de cómo vestía la gente,
de la tecnología que existía por aquel entonces y de la cultura.
Sin embargo, en el caso de Rendida, me hizo falta sumergirme en el ambiente de los
espectáculos de variedades y en la subcultura que rodeaba a todo ese mundo.
Eran en realidad «teatro» para las clases media y trabajadora, espectáculos descarnados
y un poco ordinarios, pero aún así, se representaban en aquellos clubes tan
ornamentados y espléndidos, donde los hombres de la clase trabajadora podían
sentirse reyes por una noche —y a menudo incluso codearse literalmente con
aquellos a los que se consideraba «superiores» a ellos—. Además, los teatros de
variedades están tan relacionados con los espectáculos de vaudeville y, de ahí,
con los variety shows, tan populares
en los Estados Unidos durante los años sesenta y setenta. Hay comedia pero además
números de magia, actuaciones musicales, baile y, sí, también striptease.
L.S.
Sabemos que el proceso creativo es algo verdaderamente mágico y que requiere un
alto grado de imaginación por parte del autor. Pero, aparte de utilizar tu
imaginación, ¿tomas alguna vez algo de la realidad, alguna experiencia, y la
usas en tus historias o personajes? Y, particularmente en este libro, ¿cuánto
hay en él de imaginación y qué de experiencias personales?
Más que experiencias personales, lo que reflejo en
mis historias son emociones reales que desarrollo sobre los personajes de
ficción y las situaciones. En el caso de la protagonista del primer libro de
esta trilogía, Vencida, tenemos a Callie,
y creo que la mayoría de nosotros sabemos cómo se siente uno cuando es
traicionado por una multitud o, peor aún, por la persona a la que se ama. Ese
tipo de cosas…
L.S.
Cuando empiezas a trabajar en un libro, ¿tienes una idea clara de la trama y de
los personajes desde el principio y te mantienen fiel a esa idea o tus
personajes tiende a dibujarse según se va desarrollando la historia?
Siempre realizo primero una sinopsis detallada antes
de empezar con un libro nuevo. Dicho esto, mis personajes se me aparecen antes
de que haya escrito una sola palabra. Ya sé antes de empezar cómo hablarán,
dónde vivirán, cómo les gusta que les toquen y tocar. Todo es muy íntimo, lo
veo muy claro. Sé cuáles son sus esperanzas, sus sueños, sus miedos y sus
demonios internos. La trama puede cambiar, pero a los personajes los conozco
desde el primer día.
L.S.
¿Qué características NO pondrías nunca en un héroe de novela (o en una
heroína)?
La crueldad: ningún héroe ni heroína puede ser
cruel. Como humanos que somos, podemos herir a los demás, herir sus sentimientos,
pero sin intención de hacerlo. La crueldad deliberada no va con un personaje
heroico. Tampoco la avaricia. Además, tanto mis héroes masculinos como
femeninos son gente que ama a los animales o acaba haciéndolo.
L.S.
¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué encontrará el lector en Vencida?
Durante años, me han dicho que mis novelas son «sensuales
y sofisticadas», y la
verdad es que creo que eso es especialmente cierto en Vencida. Asimismo, me gusta pensar que los lectores encontrarán un
telón de fondo rico, con personajes inteligentes y una sensualidad crepitante.
L.S.
Hablemos ahora de los personajes y el entorno que les rodea. ¿Qué personajes
hay en Rendida y cómo son?
Están Daisy y el héroe, Gavin, que se conocen en el
orfanato cuáquero, Roxbury House, en Kent, siendo todavía unos niños. Son
inseparables, inocentes en el amor, tanto que se hacen una promesa que los
mantenga unidos para siempre, «en lo bueno y en lo malo». Pero a diferencia de
Daisy, Gavin es el nieto de un hombre con dinero. Su extraño abuelo le localiza
y se lo lleva de vuelta a Londres donde se le educa como a un caballero y acaba
convirtiéndose en un respetable abogado. Aun así, nunca se olvida de Daisy e
incluso contrata a un detective para que la busque, aunque sin éxito.
Entre tanto, Daisy es adoptaba por una pareja de
actores que trabajan en París. Mientras Gavin ha sido educado bajo los
convencionalismos y la moral Victoriana más estrictos, Daisy ha crecido libre y
se ha convertido, llegada una edad, en bailarina en Monmartre, primero como
miembro de un grupo y después como protagonista, Delilah du Lac. Famosa, o más
bien dicho, «con una fama infame», vuelve a Londres de gira. En un elegante
club del East End, cuando se encuentra a mitad de su actuación, un striptease de lo más atrevido y picante,
Gavin la reconoce, sube al escenario y se la lleva. Y llegado este punto no hay
nada inocente ni en los sentimientos de ella ni en los de él. Pero a diferencia
de cuando eran niños, en este momento es mucho lo que les separa: la clase social,
su estilo de vida y la moral, por nombrar solo algunas de las cosas que les
distancian. Pero por encima de todo, Daisy no puede aceptar —o perdonar— el
hecho de que Gavin no haya contestado nunca a las muchas cartas que ella le
escribió a lo largo de los años.
L.S. ¿Qué escena dirías que ha sido
más difícil escribir y por qué? ¿De cuál de tus novelas conservas un recuerdo
especial?
La de striptease
fue difícil, no porque me salieran colores —aunque es verdad que eso me pasó—
sino porque me pareció importante conseguir que se percibiera la situación de
una manera correcta, sin atascarme en el proceso.
En cuanto a la novela que resulta más especial para
mí de todas las que he escrito, tengo que decir que es Tempting, publicada por Berkey/Jove (Penguin). Se trata de otra
historia ambientada en la Inglaterra de la época victoriana, del estilo de Vencida. Es y sigue siendo, una novela
muy especial para mí: es como Mi querida
señorita con un cambio, o muchos en realidad, y creo que una de las razones
por la que me sigue gustando tanto es porque tuve que luchar mucho para que
fuera publicada. En 2002 la mayoría de editoriales de novela romántica de
Estados Unidos no estaban interesadas en historias que se desarrollaran en la
época victoriana. Todo tenía que suceder durante la Regencia. Los
protagonistas, él y ella, debían tener algún título nobiliario o algo así. El
hecho de que alguno de los personajes fuera judío no ayudaba mucho. Rompí todas
las reglas con este libro y ¡fue un gran éxito entre los lectores! Tanto es así
que RT BOOK Reviews Magazine lo
nominó como el mejor ejemplo de novela histórica original de 2002. Hace poco se
ha publicado una edición en e-book que se ha situado entre las 100 mejores de
Kindle, en concreto, la tercera, durante ocho semanas consecutivas. Y una cosa
más en su favor: los protagonistas, Simon y Christine, hacen un cameo en Vencida. ¡No dejen de buscarlos hacia la
segunda mitad del libro!
L.S.
Sabemos que esta es una pregunta difícil pero, de todos tus personajes
masculinos, ¿cuál es tu favorito? ¿Y de los femeninos?
Pues sí, es difícil. Quizá mi héroe favorito sea
Jack en My Lord Jack, una novela
histórica ambientada en los tiempos del rey Jorge que se desarrolla en Escocia
y que escribí para Berkley. En cuanto a mis heroínas preferidas… no sabría
decidirme si por Christine Tremayne en Tempting
(es tan poco pretenciosa, tiene un espíritu tan puro y resulta a veces tan
divertida) o por Caledonia Rivers en Vencida
(ella es verdaderamente un estudio de contrastes, fuerte y convencida en sus
creencias y con un sentido de misión muy claro y, al mismo tiempo, vulnerable e
insegura en su feminidad).
L.S.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Puedes hablarnos de ello?
Tengo varios libros que van a salir a lo largo de
2014, como Claimed by the Rogue
(Samhain, marzo de 2014), una novela ambientada en la época de la Regencia cuyos
protagonistas son dos personajes secundarios que aparecieron en mi primera
novela, A Rogue’s Pleasure, publicada
por primera vez por Penguin en 2000. Lady Phoebe y Robert han esperado casi
catorce años para conseguir su final feliz, así que creo que, desde luego, ya
les tocaba. :)
L.S.
Nos imaginamos que la andadura hasta conseguir ver publicada tu novela, primero
en inglés y ahora en español, ha sido difícil, pero también creemos que en el
momento en que te dicen que tu sueño se ha hecho realidad se te debe olvidar
todo lo malo y quedarte con lo bueno. ¿Qué consejo les darías a las personas
que siguen intentando que publiquen su trabajo?
El talento es fundamental, pero no resulta
suficiente. Conozco a mucha gente con talento de sobra, incluso escritores de
éxito, que no son capaces de acabar un libro pero que, en cambio, han empezado
a escribir muchos. También conozco a muchos autores con el don de la escritura
que lo han dejado. No es suficiente con saber escribir. Además, hay que ser
tenaz.
L.S.
¿Te gustaría decirles algo a tus lectores en español?
La emoción que siento al ver publicados mis libros
en otro idioma es… indescriptible, me entusiasma. Hasta ahora me han publicado
en francés, alemán, japonés, coreano, italiano, noruego, turco y ahora en
español. Por desgracia, no lo hablo —solo un poco de francés—, pero gracias al
maravilloso traductor de Google puedo seguir las reseñas, así que espero que
mis lectores en español no dudarán en escribirme para, al menos, decirme
«hola».
L.S.
Por último, nos gustaría darte una vez más las gracias por compartir tu tiempo
con nosotros. Deseamos de corazón que Rendida
sea un auténtico éxito literario.
Muchas gracias a vosotros por esta entrevista. ¡He
disfrutado mucho respondiendo a vuestras preguntas! Espero que los lectores
visiten mi página web, www.HopeTarr.com, así como mi perfil de
Facebook (www.Facebook.com/HopeC.Tarr)
y Twitter @HopeTarr. También pueden seguirme en: www.LadyJaneSalonNYC.com.
Hola Hola....!!!!!!!! te he nominado a un premio!!!!!!! http://suenosdepapelytinta.blogspot.com/2014/02/premio-liebster-award.html
ResponderEliminarHola!! :) Gracias por la nominación!! xD En cuanto tenga un hueco libre me paso a verlo :D
EliminarUn besazo!!